Este es el documento sobre el cual vuelco mis críticas más abajo. Plantear el proceso judicial a los dueños de Taringa! como una disputa entre el derecho de autor y el libre acceso a la cultura no sólo es una falacia: es uno de los más flacos favores que se le pueden hacer a la lucha por el pleno ejercicio de los derechos culturales. Internet cambió las reglas del juego del acceso a los bienes culturales al desmaterializar libros, discos, DVD, casettes VHS, revistas y convertirlos en bits que circulan por la red. Sin embargo, con la descarga doméstica de contenidos instalada como una cultura de millones, dos preguntas astillan el idealizado paraíso del download: ¿En qué se benefician los trabajadores culturales? Y, sobre todo, ¿desde cuándo el mercado busca la democratización del acceso a la cultura? Crítica: Independientemente del cuestionamiento que puede merecer el criterio judicial en cuanto a la extensióm del tipo penal previsto en la ley de derechos de autor, nadi...