Frente a los escándalos de la NSA Brasil lidera la promoción de un nuevo marco de gobierno para Internet
Estados
Unidos ha conformado casi un monopolio sobre el protocolo de Internet y todo lo que fluye de él
–código, regulación, políticas y una industria tecnológica inconcebiblemente
poderosa.[1]
Dicho monopolio fue acompañada por una ideología de “hands off” o libre de
intervención estatal regulatoria y dejando a cargo del sector privado un
impactante desarrollo cibernético basado por un lado en una concepción de red
abierta que se contrapone con los diseños de software y hardware que cuentan
con sus respectivos códigos que permiten establecer las reglas del juego, como
ha sido nítidamente destacado por Lessig al sostener que el código es la
ley.
Esa filosofía de Internet abierta y un sistema de
gobierno de Internet basado en un esquema de representación de todos los
involucrados hacían presumir que el gobierno americano no tendría injerencia
alguna sobre los usuarios de Internet de su propio país ni sobre los del mundo
entero. Asimismo resulta al menos cuestionable el rol de complicidad que las
grandes compañías líderes basadas en los Estados Unidos hayan tenido en el
actuar delictual de la NSA–
National Security Agency –. Resulta
paradójico que muchas de las grandes compañías americanas de Internet
constituyen los principales impulsores de las políticas corporativas de respeto
de los derechos humanos cuando al mismo tiempo han colaborado en el más mayor
régimen de vigilancia electrónica de la historia humana.
Por su parte la postura del gobierno
de Estados Unidos acerca de dejar fuera de cualquier injerencia gubernamental
al ejercicio de los derechos humanos en el ámbito digital se contrarrestaba con
la posición de los países que propiciaban el control sobre el contenido que
circulaba bajo Internet bajo diferentes excusas (religiosas, seguridad,
protección de la niñez, etc.). Ese conflicto se reflejó a fines del año pasado
donde los estados miembros fijaron sus respectivas posiciones en la reunión de
la Unión Internacional de Telecomunicaciones llevadas a cabo en Dubai.
Sin
embargo el contexto mundial se vio claramente trastocado frente a las revelaciones hechas por Edward
Snowden acerca de los programas de espionaje, vigilancia y monitoreo de
comunicaciones desarrollados por la NSA no sólo han provocado intensas
discusiones sino también han tenido influencia en la agenda gubernamental.
En el contexto de Sur América si bien se han
articulado inmediatas acciones tanto dentro del UNASUR como del Mercosur,
resulta muy interesante el rol adoptado por Brasil que ya ha mostrado en el
discurso de su presidente en la última asamblea general de las Naciones Unidas
su claro enojo con la actitud asumida por los Estados Unidos. Sin embargo la
actitud de Brasil no han sido solo palabras sino que se han manifestado en
hechos concretos. En primer término se han propuestos cambios en la agenda
legislativa para promover una mayor seguridad a las comunicaciones brasileñas.
En tal sentido parece que en el Marco Civil de Internet se ha impuesto la
exigencia de instalar servers en el territorio brasileño para guardar los datos
de las comunicaciones de ciudadanos brasileros.
Dentro del marco de las recientes reuniones mantenidas en Uruguay por
las principales organizaciones responsables por la coordinación de la
infraestructura técnica de Internet a nivel global se ha emitido un comunicado
que ha significado darle la espalda por primera vez en treinta años al
predominio de los Estados Unidos en cuestiones de gobernanza en Internet, al
llamar a acelerar la globalización de ICANN y de las funciones
de IANA, hacia un entorno en el cual todos los actores, incluyendo todos
los gobiernos, participen en pie de igualdad, lo que implica, entre otras
cosas, el reemplazo de la práctica unilateral del Departamento de Comercio de
EEUU de supervisar al ICANN por un mecanismo de supervisión multilateral.
Este debilitamiento de la posición de Estados Unidos ha sido
aprovechado por Brasil al reunirse con el presidente de ICANN con la presidente
y dar el puntapie inicial en la fijación de los futuros lineamientos que
deberían regir la gobernanza de Internet, a través de una reunión a celebrarse
en Río de Janeiro en abril de 2014.
Sin dudas este es uno de los efectos más significativos de las
revelaciones efectuadas por Snowden, ya que puede implicar la pérdida del
predominio de Estados Unidos sobre Internet, y no a través de un brusco cambio
de timón esperado que hubiese significado pasar del sistema imperante de
cooperación ¨multistakeholder¨ a uno de gobierno a cargo de la Unión
Internacional de Telecomunicaciones con los riesgos que eso conlleva.
Sin
embargo la medida adoptada por Brasil ha sido brillante puesto que los cambios propuestos
han sido dentro del marco del modelo vigente de múltiples partes interesadas
(multistakeholders), que siempre Estados Unidos ha pregonado defender, y siendo
consciente que los problemas de los derechos humanos en Internet no puede ser
resueltas a través de cruzadas individuales sino a través del sistema imperante
de participación de las partes interesadas, que resulta un ámbito propicio para
el logro de una Internet
global más igualitaria y protectora de los derechos humanos. Sin por ello dejar
de subestimar el poder que el código les da a Estados Unidos. O acaso Lessig no
nos advirtió que el código, los cuales son mayormente diseñados en Estados
Unidos, era ley?
[1]¿Por qué los Estados Unidos dictan la ley en Internet?, por Eduardo Bertoni
y Ellery Roberts Biddle. 17 septiembre, 2013
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